Otras perspectivas y formas de construir y transitar la Universidad

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Angie Álvarez Gasco es estudiante avanzada en la Licenciatura en Comunicación en la Facultad de Información y Comunicación (FIC). En 2022 fue estudiante de la unidad curricular interdisciplinaria Del sufragio al paro de mujeres: desafíos y perspectivas feministas desde Uruguay que el CEIFem dictó como electiva para estudiantes del Área Social y Artística (ASA) de la Udelar.

Las electivas del ASA son una oportunidad para experimentar la interdisciplina en unidades curriculares con la participación de docentes de distintos servicios. Con este curso CEIFem quiso ofrecer un espacio de aprendizaje interdisciplinario donde problematizar sobre la desigualdad de género en nuestra sociedad, en particular los aspectos vinculados a la violencia basada en género en sus diferentes manifestaciones y en base a la investigación producida sobre género y feminismos.

Conversamos con Álvarez Gasco sobre su motivación para inscribirse al curso y su experiencia en el cursado y destacó que lo volvería a cursar.

¿Cuáles fueron los motivos al momento de inscribirte al curso?

Me anoté por varios motivos. Creo que el principal fue saber que era una unidad curricular con perspectiva de género y, específicamente, feminista. Eso significó encontrar una propuesta inexistente en la carrera que estudio, donde recién este año (2023) se abrió la posibilidad de transitar un curso con perspectiva de género. Del sufragio al paro de mujeres apareció para suplir una necesidad.

Otro motivo fue saber que el curso estuvo a cargo de docentes del CEIFem, lo cuál  también aseguraba que el aula fuera un espacio seguro para hablar, compartir inquietudes y escucharnos, algo que no es tan común en la Universidad.

Por otro lado, el programa de la unidad curricular fue importante. Gran parte de la bibliografía es de autoras mujeres, algo que puede parecer una pavada, pero no lo es; los programas de los cursos, al menos en Comunicación, están súper masculinizados. Parece que las mujeres no estudiaran, no investigaran, no produjeran conocimiento. Este curso de alguna manera rompe con todo eso. A su vez, el programa toca muchos temas que, aunque parecen diferentes, están muy conectados entre sí y nos atraviesan en todos los espacios que habitamos en la cotidianidad.

¿Cuáles son esos temas o autoras que más te han impactado en lo cotidiano?

Una de las autoras que dimos en el curso y en más de un módulo es Celia Amorós. Ella tiene un libro que se llama “Feminismo: igualdad y diferencia”, y uno de los temas que define es la participación de las mujeres en el espacio público y el privado, y qué cosas están asociadas a la masculinidad y a la feminidad. Como tema está buenísimo, porque trasciende a todos los espacios, incluso de la vida propia.

Otras autoras que me parecieron re importantes, porque hablan de la colonialidad del género, son Brendy Mendoza y María Lugones.

¿Cómo le argumentarias a otre estudiante a favor de que se inscriba?

Este curso aborda temas que nos atraviesan como personas y como futuras profesionales, con todo lo que ello implica. La unidad curricular viene a cuestionar, pero también a aportar herramientas para entender las formas en que aprendemos de ver, entender y habitar la vida pública, la política, la religión, los vínculos, el consumo de los medios de comunicación, la creación de contenido para esos medios, el paso por la universidad, etc.

Además, la propuesta con docentes que pertenecen a diferentes disciplinas, genera un amplio abanico de perspectivas para tratar todos esos temas y hacernos de herramientas para entenderlos y abordarlos.

El argumento, además de todo esto, es que como futuros profesionales de una carrera del área social necesariamente debemos atravesar diversas experiencias en el trayecto curricular que nos aporten perspectivas diferentes, independientemente de lo que creamos que está bien o mal. Y esta unidad curricular es una propuesta diferente.

¿Qué significó transitar esta experiencia con docentes y estudiantes de distintas Facultades?

Sí, en ese sentido se abrió todo un mundo también. Compartir aula con compañeras de otras carreras, que tienen otros recorridos, es una experiencia diferente y enriquecedora. Un poco creo que todas las facultades son mundos aparte, y este curso hace que se encuentren y se construyan desde las propias diferencias. Esta unidad curricular me dejó en contacto con estudiantes de otros servicios con las que seguimos pensando cosas, conversando, consultándonos, que siempre está bueno.

Algo similar ocurre con las docentes. No es común tener enfrente un equipo conformado íntegramente por mujeres feministas, que se dedican a estudiar desde ese lugar y que les importe escuchar lo que quienes están en el curso tienen para decir. De alguna forma me hicieron ver que hay otras formas, mucho mejores, de construir y transitar la universidad. Si tuviera el curso en frente de nuevo, no dudaría en volver a hacerlo.

 

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