Gestar una tesis feminista

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Con su tesis titulada «Institucionalización y medicalización del parto en Uruguay (1920-1960). Tensiones para la autonomía reproductiva de las mujeres», Natalia Magnone Alemán obtuvo el título de Doctora en Ciencias Sociales con especialización en Trabajo Social.

En una breve entrevista conversamos sobre la importancia de crear estudios con perspectiva de género y sobre cómo es construir conocimiento académico desde una práctica feminista.

¿Por qué esta tesis es feminista?

Este trabajo es feminista por muchas razones. Primero porque es una mirada interesada políticamente desde hoy, en un problema que existe en el modelo de asistencia al parto en el Uruguay y que violenta estructuralmente a las mujeres, una violencia que tiene que ver con el género. Hay, desde el vamos, una motivación desde el presente político por mejorar esa situación e ir a visitar el pasado para ver dónde se originaron algunos de los fundamentos, de los sustentos que fueron consolidando el actual modelo.

La tesis es sobre la institucionalización y medicalización del parto, y en ella se analizan décadas centrales del Siglo XX. Tiene perspectiva histórica -se pregunta sobre el pasado- pero con la motivación de mejorar la asistencia al parto y a la cesárea que reciben hoy en día las mujeres y las personas gestantes en general. 

¿Qué tienen para aportar las Ciencias Sociales sobre los procesos de gestación?

Es muy importante que las Ciencias Sociales se aboquen a estos campos que han sido paulatinamente medicalizados. Desde hace años se viene desarrollando un campo abierto en ese sentido, tomando asuntos que se han vuelto casi que solo médicos, para repensarlos desde las Ciencias Sociales. Son temáticas que nos motivan a pensar en términos de ciudadanías, de ciudadanías reproductivas. No sólo cuidar los aspectos de la morbimortalidad y del dato biométrico, sino ubicarnos como seres humanos en procesos reproductivos. 

¿Por qué es importante que se realicen estudios feministas sobre esta temática?

La perpectiva feminista es fundamental en este tema. Pues permite repensar los supuestos, los fundamentos sobre los que hoy se basa el modelo, y que creo hay que volver a discutir, para ver si se puede cambiar para mejorar. Por ejemplo, el hospitalocentrismo que hay en el modelo de asistencia al parto y al nacimiento en Uruguay. Desde la mirada teórico-política la perspectiva feminista permite analizar la reproducción como lugar de subordinación para las mujeres -en los contextos patriarcales-. En mi trabajo podemos ver de forma específica cómo se fueron generando esas subordinaciones en la construcción del modelo. Por ejemplo, aparece la categoría maternidad. Se puede ver cómo en el período estudiado se apeló a una idea de maternidad y a un ideal de madre moderna que tiene que ocuparse más de los hijos e hijas. Donde la idea de ser una buena madre también empezó a implicar nuevas conductas en la asistencia del parto, sobre todo relacionada a la aceptación de los distintos mandatos de la medicina. 

La perspectiva feminista ayuda a entender algunos aspectos de la construcción de subalternidad con que hoy las instituciones y la mayoría de los equipos de salud operan. En la actualidad hemos constatado que la violencia obstétrica es una característica estructural de nuestro sistema de atención, así lo muestra la encuesta de prevalencia de violencia hacia las mujeres que se hizo en 2019 en donde casi el 18% de las mujeres entrevistadas plantearon que sufrieron este tipo de violencia en la atención de sus últimos partos.

De la lectura de los agradecimientos se desprende una forma de agradecer y una mirada feminista del proceso. 

Desde el inicio pensé con feministas. Si bien es una tesis individual, es un trabajo que he puesto en discusión en colectivos y en instancias feministas. Desde mi tutora, el trabajo en el grupo de Cuerpo, Género y Sexualidad de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, que es un grupo de investigación con quien pienso todas estas cosas y desde donde hacemos además seminarios para reflexionar sobre qué implica investigar desde una perspectiva femista. Por ejemplo tiene que ver con integrar las emociones, los sentires, el compromiso político, un repensar sobre la objetividad científica. Todos estos elementos estuvieron en los nueve años que duró el proceso, así como también intercambios con otras  compañeras que estudian temas relacionados, con referentes de  la sociedad civil, con mujeres, abogadas, doulas, parteras, médicas y médicos que trabajan por mejorar los derechos de las mujeres y las personas gestantes. Con esta red nos hemos nutrido mutuamente. Por eso esta tesis es un trabajo individual que tiene mucho de pensamiento colectivo feminista. 

 

Natalia Magnone es docente del Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales e integra el CEIFem desde las líneas de investigación vinculadas a Cuerpos y sexualidades, Memoria feminista y feminismos del Sur y Violencia basada en género.

La defensa se realizó el 12 de julio a las 10 h en la sala de conferencias  Luisa Cuesta de la Facultad de Ciencias Sociales. Fue abierta al público en general.

El tribunal estuvo integrado por la Dra. Teresa Ortiz, el Dr. Roberto Castro, la Dra. Patrizia Quattrocchi. La directora de tesis fue la Dra. Susana Rostagnol y la co-tutora la Dra. Laura Vecinday.